Poco a llovido desde que el Valencia levantara la Copa del Rey 2019. Fue a penas unos pocos meses cuando pintábamos la cara al Barcelona de Messi, que observaba impotente cómo Coquelin les presionaba hasta la saciedad, como hace dos años hiciera Zaza, para dejarles impotentes. En aquel momento ya habían problemas que debían solucionarse en el mercado de fichajes… pero no ha sido así. Y han salido a la luz conflictos internos que han dejado el proyecto deportivo en un punto muy crítico. Se ha pasado de ganar la Copa a una nueva crisis. Recopilemos.
Los problemas que salieron al ganar la Copa
Parece irónico, pero el Valencia tenía problemas que precisaban solución. Para empezar Dani Parejo es el único mediocentro organizador del equipo. Cayó lesionado durante la segunda parte de la final y no había recambio. Tuvieron que jugar juntos Kondogbia y Coquelín una vez más. Coquelín estuvo de sobresaliente, pero no así Kondogbia, que ya no es el que era durante el primer año de Marcelino como entrenador.
Otro problema que surgió fue la mala relación entre Marcelino y Neto. En la final, el titular fue Doménech, porque se había acordado que sería el portero durante la Copa del Rey. Entonces Neto se enfadó, porque quería jugar ese partido tan importante. Y, Marcelino, al que le gusta tenerlo todo controlado, decidió que esa falta de compañerismo debía sacarlo del equipo, como ya hiciera la temporada anterior con Zaza, al que se le ha echado mucho de menos (por la falta de gol).
Y por último el gran problema del Valencia, por el que ha tenido que ir siempre a remolque: el gol. Rodrigo no alcanzó los números que se pensaban que haría y Gameiro mejoró en la segunda vuelta, pero parecía con la pólvora mojada. El máximo goleador en la liga fue Parejo, a pesar de ser centrocampista. Gameiro y Rodrigo marcaron en la final, pero hacía falta un goleador que les evitara pasar tantos apuros.
De ganar la Copa a una nueva crisis… por los fichajes
El mercado de fichajes empezó bien. Mateu Alemany demostró su gran maestría en este campo y realizó fichajes imposibles. Pura obra de ingeniería fue cambiar a pelo al disgustado Neto por Cilessen, un portero de mayor calidad, cuadrando además el Fair Play financiero. También hizo un buen trato al sustituir a Santi Mina por Maxi Gómez y pagar 15 millones de euros. Se supone que Maxi nos solucionará los problemas con el gol, además de ser un jugador muy humilde y trabajador. Además llegaron gratis o por muy poco dinero Jason, Salva Ruiz y Manu Vallejo. Y salieron suplentes como Roncaglia, Vezo, el lastre de Abdennour, Murillo, Lato…
Hasta ahí todo bien. Pero la crisis se empezó a fraguar con la salida de Lato. Él es un futbolista de la cantera, muy querido por los aficionados. Alemany acordó la venta al PSV. Entonces intervino Peter Lim para romper las negociaciones, renovarle el contrato y cederlo sin opción de compra al equipo holandés. Ya se empezó a ver una fractura en la dirección del club, que fue a más. Y es que Alemany vio como todas sus operaciones estaban siendo bloqueadas por el dueño del club, que estaba descontento con la política de fichajes. El dueño del equipo, el mismo que invirtió 200 millones de euros para que no desapareciera, quiere que los jóvenes crezcan porque así se revalorizaría más la plantilla.
¿Qué ha pasado? Para empezar el Valencia tiene ya un gran equipo y todos los fichajes estaban orientados a cerrar las puertas de los canteranos, que debían dar el salto de calidad los próximos meses. Kang-in Lee fue elegido el mejor jugador del mundial sub-21. Además de ser muy bueno, abre al Valencia el mercado asiático. Ferrán Torres se proclamó campeón de Europa con la selección española sub-20 y marcó los dos goles de la final. Además hay muchos otros canteranos buenos, como Lato, que en el futuro pueden ser estrellas. Sin embargo Marcelino es un entrenador cortoplacista, que prefiere dar responsabilidades a jugadores expertos y no valora la cantera como debería. Por tanto hay una clara fractura institucional.
El no despido de Alemany y el culebrón Rodrigo
Anil Murthy, presidente del Valencia y hombre de confianza de Lim, llegó de Singapur con la orden de despedir al director deportivo. Sin embargo la afición apoyaba con uñas y dientes a Alemany, al que consideraban poco menos que un Dios. Consideran que él, junto a Marcelino, es el artífice de que el Valencia haya logrado los éxitos de las últimas temporadas (2 clasificaciones de Champions, semifinales de la Europa League y 1 Copa del Rey) tras unos años para olvidar. Consideran que sin ellos Lim volvería a los Neville, Ayestarán y compañía, que casi evocan al equipo a segunda. Y que lo que funciona no hay que tocarlo. Por lo cual el dueño se replanteó su decisión y decidió mantenerlo en el cargo.
Otro problema fue Marcelino. Él aseguró que si se iba Mateu, él dimitiría. El director deportivo ha sido su máximo apoyo durante una temporada que inició negra (se consiguió la primera victoria después de 2 meses de competición). Además de ser un amigo y su hombre de confianza. De hecho todo lo que ficha, es porque Marcelino se lo manda. Entonces el origen del problema es el entrenador, que tras cosechar éxitos este año se ha vuelto loco y sólo quiere fichajes, ignorando las jóvenes promesas a las que debe dar minutos. Y por si fuera poco incendia todas las ruedas de prensa pidiendo públicamente los fichajes y rechazando todos los que propone el dueño, mediante su socio Jorge Mendes.
Superada esta primera crisis, llegó una segunda. Y es que el Atlético iba a fichar a Rodrigo por 60 millones, cuando tiene una cláusula por 120 millones. El problema aquí es que la operación se iba a afrontar a escasos días del cierre del mercado de fichajes y Rodrigo desempeña un papel en el equipo titular que no lo puede hacer otro jugador de la plantilla: engancha entre Parejo y la delantera. El Valencia podría salir ganando si se aprovechara bien este dinero, pero con tan pocos días de maniobra y presumiendo que no llegaría un gran fichaje de recambio, Marcelino aseguró que sin Rodrigo el Valencia no optaría a la cuarta plaza de liga, que daría acceso a la Champions. Lo que supone una gran inyección económica.
Crisis institucional en el Valencia CF
Así las cosas el Valencia a pasado de ganar la Copa a una nueva crisis. Y es que Alemany, a pesar de seguir en su cargo, está atado de pies y manos. Lim ha tomado el control de los fichajes y… está todo paralizado, porque Marcelino rechaza esos jugadores. Rafinha había sido elegido el sustituto de Parejo y no se ha fichado.
Además debía llegar un cuarto delantero, porque Sobrino ni Vallejo cuentan para Marcelino esta temporada y no han llegado. Además Ferrán Torres y Kang-in Lee siguen en el equipo, cuando hay ya 5 jugadores de banda. Guedes sigue jugando de extremo derecha, cuando ya debería ser el segundo delantero, porque no ayuda al lateral izquierdo en defensa. Y con las lesiones de Soler y Piccini, lejos de esclarecerse, se agrava mas esta situación.
Hay que tener en cuenta que sólo 1 de los fichajes que se han realizado, cuentan para Marcelino como titular: Cilessen. El resto son suplentes o, peor aún, reservas. Ni Jason, ni Jorge Saenz, ni Salva Ruiz, ni Sobrino… ¿Para qué los fichas entonces? Maxi Gómez está muy verde para ser ese delantero que solucione el gol. Además sólo se ha conseguido 1 punto de los primeros 2 partidos de liga. De ganar la Copa a una nueva crisis institucional, trasladada a lo deportivo. Veremos como se sale de ésta.