Simone Zaza es un delantero italiano que jugó de 2017 a 2018 con el número 12, temporada y media, en el Valencia. Fue el inicio de la era Marcelino, donde jugó en la delantera junto a Rodrigo Moreno. Ambos jugadores se complementaban a la perfección y acabaron marcando 29 goles entre los dos, siendo el mejor año de Rodrigo con 16. Además Zaza es un futbolista de raza, que pelea todos los balones y la afición le adoraba.
El delantero que necesitaba el Valencia
Cuando Zaza fichó por el Valencia, realmente no se esperaba mucho de él. Venía a sustituir a Paco Alcácer. Llegó casi de puntillas, pero cada vez que pisaba el césped Mestalla le veía con muy buenos ojos. Se trata de un delantero centro, capaz de fijar a la defensa y rematar de cabeza. Pero también era capaz de bajar a aguar el balón para lanzar las contras, presionar y empujar al equipo al ataque. Pero toda esa fuerza que tenía para ahogar al rival, también lo tenía para enfadarse cuando era sustituido, hablar de más cuando estaba caliente y traer la polémica que tanto desagradaba a Marcelino. Este fue el motivo por lo que en el verano de 2018 salió de Valencia. Se marchó cedido al Torino.
La raza de Simone Zaza
Aun recuerdo como una gloria noche en Mestalla, la gente coreaba su nombre. Y es que aunque el equipo pierda, aunque Zaza no esté acertado de cara a gol, aunque falle cada pase… siempre se le ve coraje. Pelea cada balón como si fuera el último, dejándose la piel. Tenía una lesión de rodilla, pero eso no le impedía dar el 120% en cada partido. Aun recuerdo cómo presionaba como un toro desatado a Luis Suárez en un triunfo del Valencia al Barcelona. Es pura energía.
Cuando se pone la camiseta sólo tiene como objetivo la portería, aunque para ello tenga que perseguir sombras como un loco. Algunas veces era hasta humillante, porque los compañeros no acompañaban. Pero no importaba: siempre conseguía que los ataques del rival no nacieran con una jugada limpia. Además su cuerpo cargado de tatuajes y esa cabeza rapada, con esa barba, le da un aspecto salvaje. Era el delantero que el Valencia necesitaba. Sin él llegó una sequía anotadora que nos hacía recordar los tiempos oscuros anteriores.
Se le echa de menos…
Nunca es tarde para recuperarlo, más cuando salió cedido en el Torino. Se fue porque así lo decidió Marcelino, pero los entrenadores pasan y queda el cariño de una afición que estaba entregada a esta futbolista. La temporada siguiente, a pesar de conseguir un título, faltó mucho gol. Kevin Gameiro es el delantero que se escogió para sustituirlo, pero jamás aportará al juego lo que aportó Simone Zaza al Valencia, ni será tan querido por la afición. Se fue… pero Marcelino se equivocó.